En su rol de orientar al sistema educativo, la Agencia desarrolló este dispositivo para contribuir a la planificación escolar de los establecimientos en el actual contexto. Lo que más destacan los directores es su carácter personalizado y que se ajusta a las propias necesidades de las comunidades educativas.
Los últimos meses han sido arduos para los establecimientos. En muy poco tiempo, las comunidades educativas debieron adoptar diferentes estrategias para continuar con el proceso formativo en casa. Para contribuir con este esfuerzo, la Agencia de Calidad de Educación adaptó sus herramientas para responder a las actuales necesidades de las escuelas.
Para continuar orientando a los establecimientos en un escenario crítico, se desarrolló el dispositivo a distancia “Agencia Orienta: mentoría para equipos directivos”, con cientos de colegios participantes en todas las regiones del país. Atentos a las particularidades y necesidades de cada comunidad educativa, los profesionales de la Agencia contactan personalmente a cada equipo directivo a través de videollamadas para realizar en conjunto un diagnóstico que permite identificar en qué áreas necesitan más apoyo hoy. A partir de allí, se les entregan orientaciones y herramientas específicas de acuerdo a sus fortalezas y debilidades.
“Se recogió la experiencia empírica de cada uno y se generó un plan de orientación que consideró todas las necesidades que teníamos como institución”, cuenta Germán Valderrama, director de la Escuela Jesús Fernández Hidalgo de Copiapó.
La Escuela Alonso de Ercilla de La Serena es otra de las escuelas que ha participado. Su directora, Azalía Valenzuela, cuenta que los equipos de la Agencia “nos acompañaron, nos apoyaron, primero en conocernos a nosotros mismos y el trabajo que estábamos haciendo. Reflexionamos y logramos detectar algunos nudos críticos y tener esa mirada externa que tanto nos sirve para poder lograr hacer un trabajo mejor”.
Al sur del país, en Puyehue, está el Liceo Bicentenario People Help People de Puyehue. Su equipo directivo también fue parte de este proceso personalizado y a distancia. Según destaca su director, Francisco Manqui, “fue una instancia súper provechosa, pues nos permitió tener una visión externa de nuestros puntos críticos y fortalecer el trabajo del equipo”.
Una de las particularidades de la mentoría es que se ajusta a las propias necesidades de los establecimientos en el contexto actual, según cinco áreas definidas como prioritarias: evaluación de aprendizajes, contención socioemocional, gestión curricular, liderazgo pedagógico y uso de recursos para la gestión pedagógica.
“El apoyo que ha entregado la Agencia de Calidad para la gestión de nuestro colegio ha sido súper positiva. Las observaciones que nos entregaron fueron súper atingentes a las necesidades de nuestro establecimiento e inmediatamente las utilizamos”, comenta Joaquín Núñez, director de la Escuela Santa María de Los Ángeles.
Para Elida del Carmen Segovia, directora del Colegio René Soriano Bórquez de Osorno, participar de la mentoría fue una gran oportunidad para reafirmar las fortalezas y debilidades de la gestión escolar durante este período crítico. «Tuvimos la oportunidad de generar nuevas estrategias y acciones de apoyo y comunicación con nuestros docentes, estudiantes, padres y apoderados. Es bueno recalcar el ambiente respetuoso, cordial y a la vez ejecutivo para escuchar nuestros planteamientos y enriquecerlos”, sostuvo.
“Es una muy buena oportunidad para asumir este proceso de pandemia. Los colaboradores de la Agencia nos entregaron orientaciones muy claras sobre cómo debiésemos implementar el plan de acción, ofreciéndonos su apoyo permanente”, agrega Joel Encina, director de la Escuela José Palma Fernández de Linares.
Estas mentorías, además, son complementadas con un Diagnóstico Integral de Aprendizajes disponible para todas las escuelas del país cuando retornen las clases presenciales, y con una evaluación muestral a fin de año que permitirá contar con información sobre los logros de aprendizajes.